Por qué y cómo se devalúan y mueren todas las monedas
Es un error común creer que una moneda es algo permanente y que el dinero en efectivo es un activo seguro.
Todas las divisas pueden devaluarse o disolverse por completo.
Cuando esto ocurre, el efectivo y los bonos (promesas de recibir dinero) pierden su valor o se devalúan considerablemente.
Este fenómeno está ligado en gran medida a la carga de la deuda y a la forma en que las economías gestionan estos pasivos.
La impresión de cantidades excesivas de dinero y la devaluación de la deuda se utilizan a menudo como herramientas para aliviar o incluso acabar con estas deudas.
Una vez que la carga de la deuda se ha reducido o eliminado lo suficiente, el ciclo de expansión del crédito y la deuda puede reanudarse.
A continuación explicamos esto con un poco más de detalle.
Principales conclusiones - Por qué y cómo se devalúan y mueren todas las divisas
- Las divisas no son permanentes y pueden devaluarse o incluso dejar de existir.
- La historia demuestra que la mayoría de las divisas se han devaluado significativamente o han dejado de existir.
- La devaluación de las monedas suele deberse a un endeudamiento excesivo y a una mala gestión económica. Los gobiernos pueden recurrir a la impresión de dinero, lo que provoca inflación y una pérdida de confianza en la moneda.
- Cuando una moneda se devalúa o desaparece, el efectivo y los bonos también pierden valor.
- Sin embargo, este ciclo reduce o elimina la carga de la deuda, allanando el camino para nuevos ciclos de expansión del crédito y la deuda.
- Es importante ser consciente de este ciclo a la hora de tomar decisiones financieras. La diversificación de divisas es importante.
La impermanencia del dinero
La creencia de la gente en la fijeza del dinero se basa en gran medida en su confianza inherente en la estabilidad de la economía de su país y su fe en su gobierno.
Mientras que las monedas pueden perder todo su valor en las economías emergentes, esto no suele ocurrir en los países desarrollados. De hecho, puede que no ocurra nunca en su vida.
Pero ninguna moneda es permanente.
De los cientos de monedas que han existido desde 1850, alrededor del 80% ya no existen.
Por ejemplo, el franco francés (1795-2002) y la peseta española (1868-2002) se fusionaron en el euro, que nació en 1999.
¿Por qué se devalúan las divisas?
La devaluación de una moneda puede deberse a varias razones.
Lo más frecuente es que se deba a las políticas económicas de un país, sobre todo las relacionadas con la gestión de la deuda.
Los gobiernos suelen recurrir a la impresión de dinero cuando no pueden pagar sus deudas con el dinero que ingresan.
Esta práctica, conocida como monetización de la deuda, aumenta la cantidad de dinero en circulación, devaluando así la moneda.
Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que el 55% de los mercados emergentes y las economías en desarrollo recurrieron a esta política durante la pandemia de gripe aviar, lo que provocó una importante devaluación de sus monedas.
Además, los altos niveles de inflación también pueden devaluar una moneda en términos reales.
Si el tipo de interés pagado es bajo en relación con la tasa de inflación, la moneda se devalúa. Esto se conoce como tipos de interés reales negativos.
La inflación suele ser el resultado de una combinación de gasto público excesivo, aumento de los costes de producción y fuerte demanda de bienes y servicios.
Por ejemplo, durante el periodo de hiperinflación en Zimbabue entre 2007 y 2009, la tasa de inflación alcanzó la asombrosa cifra de 89,7 sextillones al mes, dejando sin valor al dólar zimbabuense.
También hay estadísticas impresionantes sobre la infame inflación de la Alemania de Weimar en la década de 1920.
Por ejemplo, toda la masa monetaria de Alemania en 1919 habría servido para comprar una sola barra de pan en 1923.
La muerte de las divisas
En los casos más extremos, las monedas no sólo se devalúan, sino que dejan de existir por completo.
Esto suele ocurrir cuando el valor de una moneda cae tanto que se vuelve completamente inútil, lo que lleva a su sustitución o abandono.
Un ejemplo sorprendente de este fenómeno es el marco alemán de la República de Weimar en la década de 1920.
Enfrentado a las enormes reparaciones de guerra de la Primera Guerra Mundial, el gobierno alemán comenzó a imprimir dinero indiscriminadamente, lo que condujo a la hiperinflación.
En 1923, el marco estaba tan devaluado que la gente lo utilizaba como papel pintado o lo quemaba para calentarse.
Finalmente fue sustituido por el Reichsmark en 1924.
El ciclo de devaluación y muerte
Cuando una moneda se devalúa o desaparece, el efectivo y los bonos también se devalúan o desaparecen, afectando a los ahorros y las inversiones individuales.
Esto tiene un profundo efecto en la economía en su conjunto, creando un periodo de inestabilidad e incertidumbre.
Sin embargo, estos periodos suelen ir seguidos de la introducción de nuevas políticas monetarias, o incluso de nuevas monedas.
La reducción o eliminación de la carga de la deuda permite que el ciclo de expansión del crédito y la deuda comience de nuevo.
Según un estudio de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, a lo largo de ocho siglos de historia financiera, estos ciclos no sólo son habituales, sino que son casi parte integrante de los sistemas financieros de todo el mundo.
Proceso paso a paso para la disolución de las monedas
He aquí una explicación paso a paso de cómo pueden morir las monedas como consecuencia de un endeudamiento excesivo:
- El gobierno adquiere demasiada deuda - Un gobierno empieza a acumular grandes deudas debido al gasto excesivo, la reducción de los ingresos fiscales, los rescates, las guerras, etc.
- Los rendimientos de los bonos empiezan a subir - A medida que aumenta la deuda, los inversores se preocupan por la capacidad de reembolso del gobierno y exigen rendimientos más altos de los bonos, lo que hace que los préstamos sean más caros para el gobierno.
- El banco central interviene - Para evitar que el rendimiento de los bonos se descontrole, el banco central empieza a imprimir dinero y a comprar bonos a través de lo que ahora se conoce como flexibilización cuantitativa (monetización de la deuda).
- El aumento de la oferta monetaria para monetizar la deuda y mantener bajos los rendimientos de los bonos provoca un aumento de la inflación. Los precios empiezan a subir al disminuir el poder adquisitivo del dinero.
- Pérdida de confianza en la moneda - Con una inflación elevada, los ciudadanos empiezan a perder la confianza en la moneda y huyen a monedas extranjeras más estables y a activos no financieros como la tierra, la propiedad y el oro. Esto crea aún más inflación. En general, a la gente le resulta más barato pedir dinero prestado que poseerlo.
- Hiperinflación - A veces, la impresión incontrolada de dinero conduce a la hiperinflación, donde los precios suben extremadamente rápido, haciendo que el dinero casi no valga nada. Los ahorros de toda una vida desaparecen.
- Introducción de una nueva moneda - Tras el colapso de la antigua moneda, el gobierno no tiene más remedio que introducir una nueva (a menudo sin ceros o con una nueva unidad de cuenta) y empezar de nuevo, aunque el dolor económico puede durar años. Esta moneda suele estar respaldada por algo tangible, como oro y/o plata, para infundir confianza.
- Muerte de la moneda - La moneda antigua se vuelve inútil, la gente deja de aceptarla y deja de tener valor, muriendo efectivamente debido a la hiperinflación. Una nueva moneda ocupa su lugar.
Esto demuestra cómo una deuda insostenible puede desencadenar una espiral de rendimientos crecientes, impresión de dinero, pérdida de confianza, hiperinflación y, finalmente, el abandono total de una moneda cuando ya no vale nada.
Es esencial frenar rápidamente el crecimiento de la deuda para evitar la destrucción del dinero.
Básicamente, es como la raíz de casi todos los problemas financieros y económicos: el gasto supera a los ingresos y las deudas superan a los activos.
¿Qué hacen los países cuando hay que abandonar y sustituir su moneda?
El abandono y la sustitución de una moneda nacional es una empresa de gran envergadura, generalmente desencadenada por graves crisis económicas como la hiperinflación, la guerra o la transición política.
Los países adoptan una serie de medidas para garantizar una transición fluida de la antigua moneda a la nueva.
Identificar la necesidad del cambio
En primer lugar, un país tiene que identificar la necesidad de una nueva moneda.
Esto suele ocurrir cuando la antigua moneda ha perdido su valor y confianza hasta tal punto que ya no puede conservarse.
Por ejemplo, Zimbabue abandonó su moneda local en 2009 después de que la hiperinflación la dejara sin valor.
Las decisiones políticas y el diseño de una nueva moneda
Una vez tomada la decisión, el país, normalmente a través de su banco central o autoridad monetaria, diseña la nueva moneda.
Esto incluye tomar decisiones políticas sobre el valor de la moneda, vinculándola a otra estable o dejándola flotar libremente en los mercados de divisas.
También determinarán los aspectos físicos, como el diseño y la denominación de los nuevos billetes y monedas.
Sensibilización del público y distribución
Una etapa crucial del proceso es la concienciación del público sobre la nueva moneda.
Los gobiernos suelen lanzar amplias campañas informativas para dar a conocer la nueva moneda, el proceso de canje y el calendario del cambio.
A continuación, la nueva moneda se distribuye a través del sistema bancario y se empieza a retirar la antigua.
Suele haber un periodo durante el cual ambas monedas tienen curso legal para permitir una transición fluida.
Lo mismo ocurre con las fusiones.
Por ejemplo, cuando el franco francés y la peseta española fueron sustituidos por el euro, hubo un periodo de transición entre la introducción del euro en 1999 y el abandono del franco y la peseta en 2002.
Cambiar la antigua moneda
El gobierno fijará un plazo en el que toda la moneda antigua deberá cambiarse por la nueva.
Este proceso puede consistir simplemente en cambiar los antiguos billetes y monedas de los bancos por la nueva moneda o, en situaciones más complejas, puede ser necesario redenominar los activos y las deudas en la nueva moneda.
Medidas de estabilización económica
Paralelamente a la introducción de la nueva moneda, los gobiernos suelen adoptar medidas de estabilización económica más amplias para restablecer la confianza en la economía del país.
Estas medidas pueden incluir reformas fiscales, ajustes estructurales o la solicitud de ayuda a instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional.
Ejemplo: el euro
Uno de los ejemplos más llamativos de sustitución de moneda en la historia reciente es la introducción del euro.
En este caso, varios países sustituyeron simultáneamente sus monedas nacionales como parte de una mayor integración económica dentro de la Unión Europea. El proceso se coordinó cuidadosamente y las antiguas monedas se fueron retirando progresivamente a lo largo de varios años.
¿Qué lecciones pueden aprender los traders de todo esto?
La diversificación de divisas es una estrategia esencial para los traders e inversores que buscan proteger sus inversiones contra el riesgo de devaluación o colapso de una sola moneda.
Esta estrategia consiste en repartir las inversiones entre varias divisas en lugar de mantenerlas todas en una sola.
En el ámbito de la gestión de inversiones, esto suele denominarse "estratificación de divisas".
Al diversificar sus tenencias de divisas, los traders pueden compensar posibles pérdidas en una divisa con ganancias en otra.
Esto es especialmente importante en un mundo globalizado en el que las condiciones económicas y las políticas monetarias varían de un país a otro.
Un país con dificultades económicas puede recurrir a la devaluación de su moneda para reducir la deuda y estimular el crecimiento económico.
Los traders que han diversificado sus inversiones pueden, por tanto, reducir el impacto de esta devaluación en el conjunto de su cartera.
La diversificación de divisas también permite a los traders aprovechar las oportunidades derivadas de las posibles variaciones de los tipos de cambio. Por ejemplo, si se espera que una divisa concreta se fortalezca debido a unas condiciones económicas favorables o a unas políticas fiscales sólidas, los operadores pueden ajustar sus posiciones para aprovechar esta posible apreciación.
Incluso invertir parte de la cartera en un activo como el oro es una forma sencilla de diversificar las divisas.
Así pues, aprendiendo del ciclo de devaluación y muerte de las divisas, queda claro que la diversificación de divisas es una táctica clave en la caja de herramientas de gestión del riesgo de cualquier trader o inversor con una amplia perspectiva histórica.
Reduce la exposición al riesgo de divisas, aumenta la rentabilidad potencial y garantiza la preservación del capital en periodos de inestabilidad económica.
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FAQ - Por qué y cómo se devalúan y mueren todas las monedas
¿Por qué todas las monedas se devalúan con el tiempo?
Todas las monedas tienden a devaluarse con el tiempo debido a la inflación.
La inflación es la subida general de los precios y la caída del poder adquisitivo del dinero.
Está causada principalmente por un aumento de la oferta monetaria, que se produce cuando los gobiernos imprimen más dinero.
Este proceso reduce el valor del dinero existente, lo que provoca un aumento de los precios de los bienes y servicios.
Los gobiernos suelen utilizar esta estrategia para reducir el coste real de la deuda, ya que el valor de la deuda cae con la devaluación de la moneda.
Así que mantener efectivo durante largos periodos puede significar perder valor en términos reales.
¿Qué significa la muerte de una moneda?
Una moneda muere o se hunde cuando pierde su condición de medio de cambio y depósito de valor.
Esto suele ocurrir en situaciones de inflación extrema, también conocida como hiperinflación.
En la hiperinflación, el valor del dinero cae tan rápidamente que la gente pierde la confianza en él y deja de aceptarlo a cambio de bienes y servicios.
Esta pérdida de confianza anima a la gente a gastar el dinero rápidamente o cambiarlo por monedas extranjeras más estables u otros medios de cambio, lo que lleva a la muerte de la moneda local.
¿Por qué iba un gobierno a imprimir mucho dinero si ello conduce a la devaluación?
Los gobiernos pueden recurrir a la impresión de dinero en respuesta a crisis económicas o cuando no tienen ingresos suficientes para hacer frente a sus gastos, incluido el servicio de la deuda nacional.
Al aumentar la oferta monetaria, los gobiernos pueden estimular la actividad económica a corto plazo.
Sin embargo, si el aumento de la oferta monetaria conduce a un gasto superior al crecimiento económico, se producirá una inflación que, a largo plazo, puede socavar el valor del dinero.
Es perfectamente aceptable que los gobiernos gasten más de lo que ingresan si ese gasto se destina a proyectos e inversiones con un rendimiento positivo.
¿Cuáles son las señales que indican que una moneda está amenazada de devaluación o muerte?
Hay una serie de señales que indican la inminente devaluación o muerte de una moneda.
En primer lugar, suele haber déficit presupuestario.
Generalmente no hay suficiente demanda orgánica para comprar la deuda producida como resultado de estos déficits.
En segundo lugar, suele haber vendedores de la deuda existente, ya que los tenedores reciben rendimientos reales mediocres.
Por lo tanto, el banco central está en posición de dejar que suban los tipos de interés (lo que debilitaría la economía) o de comprar la deuda para mantener bajos los tipos de interés, lo que devalúa la liquidez y el crédito en esa moneda.
Si la inflación empieza a descontrolarse y el gobierno no toma las medidas adecuadas para endurecer la política, la moneda puede correr peligro.
¿Cómo afecta la devaluación al efectivo y a los bonos?
La devaluación de la moneda puede erosionar el valor del efectivo y de los bonos.
El efectivo pierde su poder adquisitivo a medida que suben los precios de los bienes y servicios.
Los bonos, que son esencialmente préstamos que los inversores hacen al emisor a cambio del pago periódico de intereses y la devolución del principal al vencimiento, se devuelven en la moneda devaluada.
Esto reduce el valor real de los rendimientos de los bonos, haciéndolos menos atractivos como inversión.
¿Cómo pueden protegerse los particulares contra la devaluación o la muerte de la moneda?
Hay varias estrategias que los particulares pueden adoptar para protegerse contra la devaluación de la moneda.
Una es invertir en activos cuyo valor tienda a aumentar con el tiempo en términos reales.
También puede ser útil tener bonos ligados a la inflación.
Otras opciones son invertir en materias primas como el oro, que a menudo mantienen o aumentan su valor cuando las divisas se devalúan (como un tipo de activo monetario inverso), o en divisas estables.
Diversificar las inversiones en una serie de activos y divisas también puede ayudar a mitigar los riesgos asociados a la devaluación de la moneda.
¿Cómo conducen los ciclos de devaluación y muerte de la moneda a nuevos ciclos de expansión del crédito y la deuda?
Una vez devaluada o muerta una moneda y reducida o eliminada la carga de la deuda, suele haber un periodo de ajuste económico.
Durante este periodo, los gobiernos suelen introducir una nueva moneda y reformas para restablecer la confianza en la economía. En general, los gobiernos anteriores son sustituidos por otros nuevos, a veces violentamente mediante revoluciones, a veces pacíficamente mediante elecciones.
Una vez restablecida la confianza, puede reanudarse el ciclo de expansión del crédito, con la concesión de nuevos préstamos y la creación de nuevo dinero.
Sin embargo, si no se aprenden las lecciones del pasado, estos nuevos ciclos pueden conducir finalmente a una nueva ronda de devaluaciones monetarias o a la muerte.
Conclusión
Aunque puede resultar desconcertante reconocer la impermanencia y volatilidad de las divisas, es importante comprender esta realidad económica.
La devaluación y la muerte de las divisas son esencialmente válvulas de seguridad para las economías, que permiten resolver problemas de endeudamiento excesivo y reactivar la economía.
Por lo tanto, es esencial que los particulares y las instituciones tengan en cuenta este riesgo inherente a la hora de tomar decisiones de inversión, sobre todo cuando se trata de efectivo y bonos.